La guerra que no ganaron. La Paz que ganó el pueblo
Allende La Paz, Revista Cambio Total.
Comienzan a alzarse -altisonantes- las voces de los ”enemigos de la
Paz”. Con su estridencia característica amenazan con ”golpes de estado”.
De manera grosera quieren dictar las normas para la vida del país. Una
vida sin futuro, una vida de guerra.
Es necesario aclarar que éstos ”enemigos de la Paz” en algún momento
estuvieron al frente de la guerra y definitivamente la perdieron.
Perdieron por su propia incapacidad y por la enorme capacidad de las
fuerzas guerrilleras del pueblo. Perdieron por sus errados cálculos
políticos que no son más que estupideces dictadas por un pensamiento
guerrerista que todo lo quiere solucionar mediante el uso de la fuerza,
de la violencia, del asesinato de los contradictores en todas sus
formas: desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, masacres.
Los que hoy gritan histéricamente al presidente JMSantos, ayer
lloriqueaban cuando las FARC y el ELN les propinaba sus golpes y, con
babasa en la boca, las tildaban de ”terroristas”, ”narcotraficantes”, y
hoy día ya vemos que son ellos son de lo que acusaban a las guerrillas.
Allí están Rito Alejo del Río, Montoya, Farouk Yanini, Salcedo Lora,
Bonett Locarno, Santoyo, implicados en crímenes de Lesa Humanidad y
narcotráfico. Ahí están los narco-para-políticos, algunos en la cárcel y
otros aún libres.
Esos llorones no se comportaron con honor militar y reconocieron con
grandeza la superioridad del ”enemigo”. Gritaban y gritaban hasta que
fueron llamados a calificar servicios y se fueron rumiando su derrota al
ostracismo. Tuvieron cientos de oportunidades de haber podido vencer a las guerrillas colombianas y no pudieron. No pudieron ni militar ni políticamente.
Hoy cuando están ejerciendo el ”uso de retiro”, es decir, están
jubilados de la vida nacional, pretenden ”hacerse sentir”. Pero qué
pueden mostrar que avale sus posiciones retardatarias? Nada, salvo
derrotas. Nada, salvo muertes inútiles. Nada, salvo una vida sin futuro.
Por eso, la historia, esa historia que escriben los pueblos, los ha
colocado en su sitio. Ya ellos no significan nada para la vida del país y
su futuro.
La vida del país está en la Paz. La Paz es el futuro. La guerra es el
pasado. Y una Paz imperfecta es mil veces preferible a una guerra
perfecta. Porque una Paz imperfecta se asienta sobre la vida. Porque una
guerra perfecta se asienta sobre la muerte. Muerte que quita la
vida de no los enemigos de un país invasor, sino que cercena la vida de
los propios paisanos, hermanos, primos, colombianos todos.
La inmensa mayoría de los colombianos queremos la Paz. Construímos la
Paz a cada paso que damos hacia adelante o hacia atrás. No nos preocupan
las estridencias histéricas de los ”enemigos de la Paz”. ”Ladran,
Sancho, señal que cabalgamos”. Que se olviden los ”perros de la guerra”
que sus ladridos rabiosos nos amedrentan. Cada ladrido que emitan nos
hace ver que estamos en el camino correcto.
Adelante, pueblo, que el futuro es tuyo y la Paz es el futuro. Ya lo
dijo Jacobo Arenas: ”La guerra civil no puede ser el futuro de
Colombia”. Porque ésta máxima la hemos comprendido totalmente es que
estamos enteramente trabajando por la Paz. Aún en momentos en que la
estridencia de la guerra parecía que acallaba nuestra voz.
”Los que no ganaron la guerra” deben callar y dejar que los que ganamos
la Paz trabajemos en su construcción, sin estridencias, sin sobresaltos,
sin tener en cuenta a los perdedores. Es el momento de los ganadores. Es el momento del pueblo que ganó la Paz.